Álamos amarillos


Los álamos se empiezan a vestir de amarillo. La hierba reseca tiembla con el viento de marzo. Un celeste cian se apoderó del cielo y un azul índigo de las montañas. No hay nubes ni bancos levitantes de niebla matinal. Lugareños descontentos han formado un piquete en el camino a la construcción de la gran represa. Los bulldozers esperan a ambos lados de la ruta cortada. Los ingenieros, encerrados en sus camionetas, bostezan aburridos o se entretienen con sus celulares, mientras el obreraje se distiende en los bares del pueblo. El silencio transitorio lo doblegamos con melodías de Joe Hisaichi. Lorena lee en voz alta a Herta Müller. El hombre es un gran faisán en el mundo. Frases breves, colores, precariedad, sobrevivencia. Recojo una manzana verde y la rebano con fruición. Es la primera de la temporada, la primera que le escamoteo a las ovejas. Los duraznos febrerinos ya casi se acaban, las peras caen agujereadas por las avispas y la zarzamora se deshidrata sin que nadie tenga el tiempo de tomarla. El relevo frutal ha dado paso a las manzanas rojas y membrillos lúcuma. La abundante uva se ha ennegrecido aunque a su dulzor aún le faltan días de sol. 

2 comentarios :

  1. Una prosa simple y poètica, se merece todas las palmas y el Nobel de Literatura la señora Herta. Buen texto el tuyo amigo.

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  2. El que se merece palmas es el autor

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